Algunos aterrizamos en esto de la psiquiatría (luego “salud mental”) hace ya muchos años. Corría el año 1984 concretamente. El sistema MIR había empezado su andadura pocos años atrás, y los recursos asistenciales eran exiguos. Las unidades de agudos en los hospitales generales estaban casi recién estrenadas, (por aquel entonces, en Bizkaia, únicamente en el Hospital de Basurto). La dopamina y el homovalínico eran los reyes de la psiquiatría "bio" y Melanie Klein era más popular que Lacan. Los tiempos de gloria de la serotonina estaban aún por llegar. La generación de psiquiatras, entonces jóvenes, que afrontaba una asistencia muy distinta a la de hoy en día, sentó las bases de lo que hoy en día tenemos. Fueron el espejo en el que nos miramos los recién llegados, a veces un tanto desconcertados por las acusadas tendencias teóricas y quizás incluso ideológicas. Bego Salcedo trabajaba entonces en Zamudio, y fue mi tutora MIR.
Muchos la habréis conocido ya en la gestión, pero en aquellos tiempos Bego trabajaba en la primera planta de Zamudio, entonces psiquiatría general de "hombres" (había plantas de hombres y de mujeres, hospitales psiquiátricos de hombres y de mujeres). Bego viajaba todos los años a Londres, y nos traía y pasaba libros para fotocopiar, libros y fotocopias que aún conservo, y que fueron fundamentales para abrirme a un mundo que iba un poco más allá de los lindes del Hospital de Zamudio. Bego era (es, eso no se pierde con la jubilación), una excelente clínico; tranquila, reflexiva, observadora, y alejada de las diatribas “psi vs bio”, algo de mucho mérito en aquellos tiempos.
Su carrera profesional la llevó después a la gestión, y aunque su discreción ha sido y es proverbial, ha sido sin duda una de las grandes responsables de la modernización y desarrollo de los servicios de atención extrahospitalaria en Bizkaia. Desde allí la tocó (a su pesar porque el invento no tenía ni pies ni cabeza) la jefatura de la comisión asesora de docencia MIR y PIR de Bizkaia, desde la que organizó jornadas anuales de formación que permitieron compartir experiencias a las personas en formación en los distintos hospitales. En los tres últimos años de su carrera ha sido la responsable de poner en marcha, desde la nada, la Unidad de Gestión Sanitaria de la RSMB, en una situación extraordinariamente compleja, tanto organizativamente como en lo que se refiere a los sistemas de información, aún en desarrollo.
Bego ha sido y es una persona muy querida en la red. Por su valía, su capacidad de trabajo y la seriedad con la que siempre afrontó sus tareas. Ahora, tras su jubilación el pasado mes de agosto, tanto como entonces en aquellos años 80 en Zamudio, un ejemplo para todos. Desde luego, lo ha sido para mí.
Jose J. Uriarte